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¡Juchári Uinápekua! Las comunidades P’urhépecha en defensa de la salud – territorio en tiempos de COVID-19.

¡Juchári Uinápekua! Las comunidades P’urhépecha en defensa de la salud – territorio en tiempos de COVID- 19[1].

Jesús Janacua Benites[2].

Introducción.

La emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19 ha supuesto un parteaguas para la humanidad en su conjunto pues ha trastocado los modos y los estilos de vida de cada una de las sociedades alrededor del mundo. Las comunidades rurales e indígenas también han tenido que implementar actividades de prevención- contención apelando a sus formas de organización comunitaria a partir de la normatividad nacional e internacional que les otorga derechos sobre sus territorios. De esta manera, en nuestro trabajo el objetivo es presentar las estrategias y recursos que las comunidades P’urhépecha han implementado como medidas de contención- prevención del COVID- 19. En este sentido, las preguntas que intentamos responder en este trabajo son: ¿qué afectaciones está provocando la pandemia por COVID- 19 en las comunidades indígenas P’urhépecha? y ¿cuáles han sido las estrategias y acciones que están implementando las comunidades indígenas P’urhépecha para hacer frente a la emergencia sanitaria por COVID-19? Nos basamos en una revisión virtual de noticias publicadas en redes sociales, principalmente Facebook, pues muchas comunidades utilizan las redes tanto para mantener comunicación con otras comunidades como para publicar noticias y posicionamientos para sus propios habitantes. 

Nuestro trabajo está dividido en tres apartados, en el primero de ellos abordamos las afectaciones que el COVID- 19 ha ocasionado en las comunidades indígenas P’urhépecha mientras que en el segundo apartado desarrollamos una serie de estrategias y recursos que a nuestro parecer les ha permitido hacer frente a las comunidades a la emergencia sanitaria por COVID- 19. Por último, abordamos las acciones concretas que las comunidades están implementando para proteger y defender su salud- territorio de la amenaza que supone la pandemia por coronavirus.

COVID- 19: la afectación y la amenaza.

El territorio de la cultura P’urhépecha se conforma por más de cien comunidades distribuidas en cuatro grandes subregiones P’urhépecha: La Cañada de los Once Pueblos, la Ciénega de Zacapu, la Meseta P’urhépecha, y la zona lacustre del Lago de Pátzcuaro (Dietz, 2017). Las comunidades del pueblo P’urhépecha han habitado sus territorios defendiéndolos de amenazas e invasiones a través de saberes, estrategias y prácticas ancestrales que han conservado a lo largo de más de quinientos años. Desde la Conquista y la instauración del Estado- Nación, las comunidades indígenas han sufrido embates y amenazas de índole política, militar, social y cultural que han puesto en riesgo su integridad como comunidades y como pueblo P’urhépecha. Ahora, en los albores de la segunda década del siglo XXI, las circunstancias a las que tienen que hacer frente las comunidades indígenas no son muy distintas, aunque a ello hay que agregar la amenaza que significa actualmente la pandemia generada por COVID- 19.

Hacer frente al COVID- 19 e implementar medidas de contención- prevención supone para las comunidades la elaboración de éste como una amenaza entendida como “el proceso que permite enmarcar los acontecimientos en la vida cotidiana, determinando la gravedad y las posibles consecuencias de la ruptura, desarrollando, por ejemplo, la sensación de estar en peligro. […] La elaboración de la amenaza depende de las informaciones disponibles” (Poma, 2017: 103).

Por lo mismo, es necesario que las comunidades elaboren al COVID- 19 como una amenaza potencial que exija la implementación de las actividades de contención- prevención en sus territorios lo cual supone grandes dificultades pues en el caso del COVID- 19, tal elaboración depende, casi exclusivamente, de la información que se tenga de sus consecuencias. En nuestra investigación virtual de las afectaciones que las comunidades están experimentando por COVID- 19, hemos descubierto que las afectaciones sentidas en las comunidades hasta ahora son afectaciones no por el propio virus, sino por las consecuencias sociales y económicas que las medidas de contención de la Secretaría de Salud federal, como la cuarentena y la restricción de actividades consideradas como no esenciales, están generando en las comunidades.

En lo que sigue, haremos una descripción de las afectaciones sentidas por las comunidades en el contexto del COVID- 19 lo que, junto con el paulatino incremento de casos de contagio ha coadyuvado en la conceptualización del COVID- 19 como una potencial amenaza para las comunidades lo que, a la postre, les ha llevado a realizar acciones concretas a través de sus propias instituciones, estrategias y recursos.

El 27 de febrero se suscitó en México el primer caso de coronavirus, razón por la cual la Secretaría de Salud declaró el comienzo de la primera fase de contingencia sanitaria e inició una serie de recomendaciones que en un primer momento estuvieron dirigidas básicamente a las zonas urbanas más grandes del país como Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey. Sin embargo, con el incremento de los casos de contagio y con la declaratoria de la segunda y la tercera fase de contingencia sanitaria, se sugirió el aislamiento voluntario, así como el cierre de los espacios donde convergieran más de cincuenta personas lo que supuso la cancelación de las clases presenciales en todos los niveles educativos. En Michoacán, el gobierno del estado canceló las clases presenciales a partir del 17 de marzo y comenzó el programa “Aprende en casa” que terminaría el 30 de abril. Con todo, la expansión y el incremento de casos de contagio significó tanto para el estado como para el resto del país el tomar la decisión de terminar el ciclo escolar de manera virtual.

Ello ha dejado al descubierto que muchas de las comunidades indígenas P’urhépecha, al igual que para muchas comunidades a lo largo y ancho del país, no tienen acceso a los recursos necesarios para que sus jóvenes puedan realizar sus actividades escolares como computadoras o acceso a internet. Tal como nos lo muestra el siguiente testimonio de una mujer joven de la comunidad de Nahuatzen, en la Meseta P’urhépecha:

Hay muchos estudiantes en esta comunidad que no cuentan con una computadora menos con línea de internet en casa, los que tenemos o comemos unos días más o pagamos nuestro servicio de internet, este ejemplo y muchos por los cuales uno no se puede mantener sin trabajar, es desesperante esta situación, bien sabido tenemos que en Nahuatzen no tenemos muchas fuentes de empleo y las que hay se están yendo a la quiebra… (E1)

Por lo que uno de los retos al que han tenido que enfrentarse las comunidades indígenas es a la falta de recursos, tanto económicos como de infraestructura (luz, internet) para que sus jóvenes puedan terminar el ciclo escolar de manera virtual.

Pero, como nos muestra la evidencia narrativa, la afectación no se limita a la educación y ésta se relaciona también con la falta de alternativas de empleo en las comunidades indígenas que orilla a sus habitantes a salir de la comunidad en busca de trabajo en las ciudades cercanas lo que significa incrementar el riesgo de contagio al interior de las propias comunidades. Lo anterior es comprensible si se toma en cuenta que muchas de las comunidades indígenas han sido víctimas del despojo de sus tierras comunales o ejidales. En el estado de Michoacán, el caso de la agricultura industrial de berries ha significado la renta de los terrenos comunales para la producción industrial de fresa, arándano y frambuesa lo que se traduce, a su vez, en la asalarización de los comuneros y comuneras quienes se convierten en jornaleros y jornaleras agrícolas en sus propias tierras.

Como nota contextual, podemos decir que el acaparamiento tierras por parte de las empresas productoras de berries y hortalizas en la Cañada de los Once Pueblos ha significado también un cambio en los regímenes alimentarios de las comunidades. Es decir, la renta- venta de los terrenos comunales para la instalación de monocultivos, ya sea de aguacate, berries u hortalizas es proporcional a la pérdida de autosuficiencia (Tapia, 1989) y seguridad alimentaria, entendida esta última por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación como “cuando las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objetivo de llevar una vida activa y sana” (Angelo, 2017: 136)

De manera que las comunidades indígenas, desposeídas de sus tierras comunales de cultivo, se ven expulsadas a buscar su alimentación en el supermercado, en las grasas saturadas, la ingesta de carbohidratos y azúcar refinada lo que supone el caldo de cultivo idóneo para la propagación del virus COVID- 19.

Pese a todo, las comunidades han implementado actividades de contención- prevención en sus territorios siguiendo las indicaciones de las autoridades gubernamentales pero realizadas a través de sus propias instituciones y recursos.

COVID- 19: estrategias y recursos de las comunidades P’urhépecha ante la pandemia.

Los pueblos que conforman la cultura P’urhépecha tienen una larga tradición de resistencia que les ha permitido conservar, no sin pérdidas y sentires, sus propias instituciones, tradiciones, costumbres y territorios. Juchári Uinápikua al mismo tiempo que es una consigna de lucha que nació para defender el territorio y los recursos naturales de la comunidad de Santa Fe de la Laguna el 23 de noviembre de 1979, es también una frase que aglutina la filosofía de lucha y resistencia del pensamiento P’urhépecha (Uliánov, 2019).

La traducción literal es Juchári: nuestra y, Uinápekua: fuerza, que conjugados significan ¡Nuestra fuerza! De manera que en la consigna de resistencia Juchári Uinápekua, es posible encontrar una referencia identitaria que, apelando hacia el “nosotros”, permite la defensa contra aquello que representa una amenaza hacia la existencia de los propios pueblos P’urhépecha. Así, Juchári Uinápekua, representa el corazón de la lucha de los pueblos P’urhépecha que a través de estrategias y recursos han logrado resistir los distintos embates que han enfrentado. De esta manera en este apartado, nos interesa hacer un análisis y una descripción breve de las estrategias y recursos que están utilizando las comunidades para hacer frente a la pandemia generada por COVID- 19 una vez que hemos analizado en el apartado anterior las afectaciones sentidas por las comunidades.

Ilustración 1. Juchári Uinápekua, Nuestra Fuerza, mural en la comunidad de Nurío.

En este sentido, entendemos por estrategias aquellos elementos que, a su vez han permitido la realización de acciones de contención- prevención. Como ejemplo de lo anterior, podemos señalar la normatividad tanto nacional como internacional que otorga y respalda el derecho al territorio, el ejercer el presupuesto de manera directa pero también aspectos que tienen que ver con la organización interna de las comunidades como los Concejos de Gobierno Comunal, las asambleas comunales y las rondas comunitarias. Por recursos entendemos todos aquellos elementos a los que han apelado las comunidades y que les han permitido realizar las acciones de contención- prevención, como las redes sociales y las radios comunitarias.

Estrategias.

La instauración del Estado- Nación mexicano como un proyecto cultural homogenizante (Florescano, 1996) pretendió eliminar las diferencias culturales de los pueblos que habitaban el territorio mesoamericano por lo que a lo largo de la historia, las comunidades indígenas P’urhépecha acompañadas de otros pueblos, han entablado una lucha por el reconocimiento de sus propias culturas y territorios entendidos no únicamente como polígonos geográficos sino como un espacio socialmente construido, es decir, histórica, económica, social, cultural, política (Sosa, 2012) y emocionalmente (Poma, 2017).

De manera que la lucha de las comunidades indígenas ha estado dirigida hacia el reconocimiento a la diferencia y el derecho a decidir sobre sus propios territorios. En este sentido, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, ha significado un parteaguas importante dentro de la lucha de las comunidades indígenas pues les otorga el derecho a decidir sobre su propio territorio. Con todo, aún y cuando el gobierno mexicano suscribió el Convenio 169, muchas veces los pueblos no son tomados en cuenta a la hora de perfilar políticas públicas por lo que la organización comunitaria sigue siendo importante.

En Michoacán, la conformación del Consejo Superior Indígena de Michoacán en agosto del 2015 (Ventura, 2018) corresponde a estos esfuerzos de organización intercomunitaria, de tal manera que es posible entender la lucha de las comunidades indígenas P’urhépecha como un movimiento social cuyo interlocutor son, casi siempre, los distintos niveles de gobierno (Jasso, 2008).

Esta capacidad auto- organizativa le ha permitido a algunas comunidades ejercer el presupuesto directo. Pioneras en este sentido son las comunidades de Nurío, Cherán, Santa Cruz Tanaco y San Francisco Pichátaro. Sin embargo la capacidad autogestiva también les ha permitido la instauración de Concejos de Gobierno Comunal, como el caso de la comunidad de Cherán, aunque en la mayoría de las comunidades P’urhépecha además de las instituciones y autoridades oficiales como el Jefe de Tenencia también se gobierna, a la par, mediante las instituciones comunitarias P’urhépecha como el Concejo de Ancianos o Tatá K’eris, lo cual habla de una democracia comunitaria que, mediante las asambleas comunales otorgan voz y voto a los y las comuneras, en clara contraposición a una democracia participativa de corte liberal que excluye a la mayoría en la toma de decisiones (Celerino, 2014). Las asambleas comunales constituyen una de las instancias más importantes dentro de la vida social y política de las comunidades pues en ella se tratan, no sin discusiones y tensiones internas, todos los asuntos referentes a la vida de la comunidad (Ventura, 2012).

A la par de la instauración de los Concejos de Gobierno Comunal, de ejercer el presupuesto directo y de la toma de decisiones mediante las asambleas comunales, las comunidades P’urhépecha también han recuperado las rondas comunitarias como una práctica ancestral de la visión prehispánica P’urhépecha que les ha permitido cuidar y defender sus territorios de otros pueblos en épocas prehispánicas y actualmente contra el crimen organizado.

Ilustración 2. Ronda Comunitaria de Cherán en acciones de contención- prevención de COVID- 19.

Recursos.

En las comunidades P’urhépecha la radio ha sido quizá con seguridad el medio de comunicación más utilizado, incluso en épocas recientes pues su alcance es mayor todavía al que tienen otros medios como el internet. Por ello, muchas comunidades han instalado estaciones de radio comunitarias mediante las cuales se emiten noticias, comunicados y posicionamientos sociales y políticos. En tiempos de COVID- 19, el papel de las radios comunitarias no ha sido menor pues se han difundido las recomendaciones emitidas por las autoridades de salud privilegiando el uso de la lengua P’urhépecha.

Como ya mencionamos, el territorio P’urhépecha se divide en cuatro grandes subregiones: la Cañada de los Once Pueblos, la Meseta P’urhépecha, la Ciénega de Zacapu y los pueblos asentados en la zona lacustre del Lago de Pátzcuaro, haciendo una revisión, encontramos que en cada subregión existen radios comunitarias que permiten la comunicación y difusión de las recomendaciones en tiempos de COVID- 19.

Ilustración 3. Radios comunitarias en el territorio de la cultura P’urhépecha. Además, la radio “Juchári Uandákua”, que transmite desde Chicago, EUA y es escuchada por comunidades de las cuatro regiones P’urhépecha.

Además de las radios comunitarias, también las redes sociales, en especial Facebook, representan un medio para la transmisión de información, así como para la difusión de información de las actividades de contención- prevención que las comunidades, a través de sus autoridades civiles y órganos e instituciones internas, disponen en tiempos de COVID- 19.

Las redes sociales han resultado un medio eficaz para reproducir y difundir comunicados de las comunidades hacia sus propios habitantes. De manera que, muchas comunidades las han utilizado en tiempos de COVID- 19 para difundir los acuerdos comunales a los que se han llegado para realizar acciones de contención- prevención. A continuación, describiremos las acciones que algunas de las comunidades P’urhépecha están realizando en sus territorios para contener y prevenir el avance de contagios por COVID- 19.

COVID- 19: acciones de contención prevención de las comunidades P’urhépecha ante la pandemia.

La comunidad de Tzintzunzan, en la zona lacustre del lago de Pátzcuaro fue la primera comunidad P’urhépecha en registrar un caso de contagio por COVID- 19, sin embargo, los casos de contagio siguen aumentado en todo el estado lo que ha coadyuvado para que dentro de las comunidades indígenas se elabore la amenaza que supone la pandemia por COVID- 19 (Poma, 2017) y se tomen las decisiones, al interior de la asamblea comunal como máxima instancia de toma de decisiones, de llevar a cabo distintas acciones dentro de sus territorios como medidas de contención- prevención de COVID- 19.

Así, apelando a su derecho al territorio y sus formas de organización política, algunas comunidades P’urhépecha como Zirahuén, decidieron bloquear el acceso a su comunidad durante el receso vacacional de Semana Santa pues el lago y la comunidad son un centro turístico importante por lo que decidieron bloquear los accesos a su comunidad hasta pasada la temporada vacacional y atendiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Otra medida importante adoptada por las comunidades, apelando a sus derechos, fue la instauración de toques de queda como San Francisco Pichátaro y Cherán que decidieron establecer toques de queda con la finalidad de inhibir las aglomeraciones de personas. En este caso las dos comunidades utilizaron las redes sociales para dar a conocer al resto de la población el acuerdo y medida tomada.

Algunas comunidades también decidieron suspender las fiestas patronales con la finalidad de disminuir la probabilidad de aumento de contagios. Lo anterior supone una afectación para las comunidades pues las fiestas patronales, específicamente la fiesta el Corpus, es una oportunidad de establecer lazos y vínculos entre las comunidades, pero también la posibilidad de un intercambio económico en el que se comercian una amplia variedad de artesanías elaboradas en las distintas comunidades.

Conclusiones.

A manera de conclusión podemos decir que la respuesta de las comunidades P’urhépecha ha estado condicionada por dos factores. En primer lugar, es importante resaltar que las condiciones estructurales de una política neoliberal han despojado a las comunidades de las posibilidades de autosuficiencia y seguridad alimentaria lo que ha significado la necesidad de salir para buscar trabajo lo que, en tiempos de COVID- 19, se traduce en un aumento de la probabilidad de riesgo de contagio. En segundo lugar, podemos enfatizar el hecho de que hasta hace poco tiempo las afectaciones percibidas en las comunidades no hayan sido del coronavirus en sí mismo sino de la cuarentena impuesta por las autoridades sanitarias como la escasez económica, ocasionaron que se dificultada la elaboración del COVID- 19 como una potencial amenaza para las comunidades indígenas.

Aun así, como hemos podido ver en nuestro texto, las comunidades han apelado a sus propias instituciones comunitarias, defendidas y conservadas mediante una lucha de más de quinientos años, para implementar acciones de prevención- contención. Sin embargo, sería una ingenuidad pensar que la capacidad auto-organizativa de las comunidades indígenas no significa la existencia de contradicciones y tensiones internas y que no haya quienes se sustraen de los acuerdos tomados en las asambleas comunales.

Como podemos ver, las dificultades y retos que enfrentan las comunidades indígenas P’urhépecha son muchas, pero, al mismo tiempo, también nos están mostrando que la capacidad de organizarse y defender el territorio son medidas que se pueden aplicar no solo frente a la inseguridad ocasionada por el crimen organizado, sino también frente a la inseguridad alimentaria, la crisis climática y sí, también frente a emergencias sanitarias como la generada por COVID- 19.

Bibliografía

Celerino, F. (2014). Democracia comunitaria, reflexiones desde la filosofía política de Luis Villoro y la experiencia de gobierno P’urhépecha. En M. T. Ramírez, Luis Villoro. Pensamiento y Vida (págs. 294- 314). Morelia: Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo/ Siglo XXI Editores.

Sosa, M. (2012). ¿Cómo entender el territorio? Guatemala: Universidad Rafael Landívar.

Uliánov, P. (27 de Agosto de 2019). Juchari Uinapikua: Nuestra fuerza es la unión. Recuperado el 10 de Junio de 2020, de Revolución News: http://revolucion.news/juchari-uinapekua-nuestra-fuerza-la-union/

Ventura, M. d. (2012). Volver a la comunidad. Derechos indígenas y procesos autonómicos en Michoacán. Zamora: El Colegio de Michoacán.

Ventura, M. d. (2018). Emergencia indígena en Michoacán. Ejercicio de derechos de facto y de jure. Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad , 25 (73), 161- 201.

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Florescano, E. (1996). Etnia, Estado y Nación. México: Taurus.

Jasso, I. (2008). Perspectiva histórica del movimiento indígena en Michoacán (1970- 2006). En O. Aragón, Los derechos de los pueblos indígenas en México. Un panorama (págs. 181- 203). Morelia: Secretaría de Cultura del Estado de Michoacán/ Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Poma, A. (2017). Defendiendo territorio y dignidad. Emociones y cambio cultural en las luchas contra represas en España y México. México: Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente.

Entrevistas.

E1. Mujer, 19 años, originaria de la comunidad indígena de Nahuatzen, Michoacán.


[1] Agradezco la revisión de este texto a la Dra. Ma. Del Carmen Ventura Patiño, Profesora- Investigadora del Centro de Estudios Rurales del Colegio de El Michoacán A. C.

[2] Doctor en desarrollo rural por la Universidad Autónoma Metropolitana. Profesor de la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar.

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