Un escrito de: Nahum Marmolejo Mandujano.

Al marco del festejo de los 468 años del aniversario de la fundación de los barrios indígenas, un motivo de agradecimiento por parte de los “Barrios y gremios indígenas de Tzacapu” a todos los hermanos de las cuatro regiones es dando por este medio una muy resumida crónica histórica sobre Zacapu, Michoacán, México (Tsakápu iréta).

Tal como lo redacta el maestro y primer cronista zacapense Fernando M. P. Valdovinos, “Tsakápu era la ciudad sagrada del pueblo p'urhepecha, donde se alzaba el centro ceremonial en la cumbre del Urinhuarapexo (hoy la crucita o Crucita-juata) donde según las crónicas se adoraba a un ídolo principal al que llamaban Tukupu-acha, el gran espíritu creador del universo, y allí mismo tenía el Sol su casa del poniente, adorado bajo la advocación de K’erenda-anhapeti. Alrededor de estas, se encontraban las casas de los sacerdotes, los baños de vapor y los palacios de los principales, ruinas que hoy se conocen como : “el castillo del calzonzin”, “ el palacio de la reina” (como le nombraron los arqueólogos muchos de ellos extranjeros) y la Uataperakua, albergue de uanancha, las jóvenes vírgenes consagradas a tata Jurhita y nana Kutsï”.

En Tsakapu residía un Petamuti, quien como sumo sacerdote, presidía las ceremonias, además de jugar un papel determinante, por su poderosa influencia divina y política en la vida del imperio, pues hasta el mismo emperador le hablaba de rodillas. Cada año la visita real tenía como objeto adorar a Tukupu-acha y a k’erenda- anhapeti.

Tsakapu o como hoy se nombra Zacapu, según la "Relación" fue fundada por la última tribu que llegó a la region encabezados por Tikatame. Los descendientes directos de Tikátame se retiraron de Tzacapu y, andando l tiempo crearon tres señoríos . De estos fue Tariakuri el máximo gobernador y, el plasmador del imperio p'urhepecha. Tsakapu y sus pobladores fueron poco a poco decayendo, y para cuando los españoles llegaron a Michoacán, estos eran una población pequeña.(no se especifica el número).

Fue así que en el año de 1548 según algunos historiadores se fundó lo que hoy se conoce como Tsakapu viejo. Contando así las crónicas que el misionero franciscano Jacobo Daciano emblemático personaje que durante la caminata y bajada de la sierra de Cherán, entró en oración y Dios (sin ponerle un nombre) le expresó que se le levantara un templo en su honor, para recibir la adoración de su gente. Siguiendo la misma tradición oral se dice que se construyó lo que hoy es el moderno templo de Santa Ana, obra arquitectónica característico de la orden franciscana, sobre una Iakata en honor a nana Pahuame, "nuestra abuela" y que posiblemente el religioso intento suplir las creencias religiosas paganas según su fe poniendo como patrona a Santa Ana la abuela de Jesus según lo dice la tradición católica.

Así el convento e iglesia a Santa Ana era el lugar más alto, dando una organización en cuadrantes. Las porciones centrales de este (el nuevo pueblo) era ocupada por las personas de origen español (europeos) posiblemente y la periferia por los naturales de el lugar. Estos cuadrantes eran en la dirección del malpais, la laguna, la ciénaga y el llano.

Así es que comenzó la actual urbanidad de lo que hoy es la mayor parte de Tsakapu, lugar que aún se tienen los edificios característicos de adobe y teja. En el siglo XVII (1540, según algunas otras Fuentes) Santa Ana Tzacapu (un nombre ya castellanizado) tenía nueve barrios: san Juan Bautista, san Pedro, san Andrés, san Antonio, Santiago, San Sebastián, san Miguel, Santa María y san Juan evangelista y algunos otros que prácticamente desaparecieron barrios con nombres como: “san Juan Querendaro, san Juan Bautista Urumbecuaro, San Sebastián Guanamuco, san Antonio Yyatzeo y san Miguel Quarun”). Ya en 1760 poseía seis y que son los actuales: san Juan Bautista, san Francisco, san Andrés, Santiago, san Miguel y san Juan evangelista. Y los gremios de origen aún más cercano a la fecha, que son: San Isidro, santa cruz, Cristo de la doctrina, santo Dios y virgen de los arrieros (muchos de los cuales ya no están en el lugar de la población original).

Realmente la organización social en barrios resulto ser el cimiento de la organización espacial, territorial y cultural del Tsakapu viejo.

Hoy Tsakapu es un pueblo renaciente, que desde años atrás contribuye de manera activa a la preservación de las tradiciones propias, que aunque escondidas de tras de festividades católicas aún siguen vivas (muchas de ellas de origen prehispánico).

No sólo el renacer cultural si no ampliando en lo personal, espiritual y la organización comunitaria; Tsakapu es un telar sin fin en sus expresiones artísticas, también en en su material arqueológico, así como diversas costumbres que se celebran durante el año y sumamente bendecido por Kuerajperi con especies de animales y plantas endémicas que son tema de otra ocasión.

¡Juchári uinápikua!

Este escrito es correctamente referenciado a bibliografías.
Es ajeno a toda autoridad eclesiástica, política o gubernamental.
Autor: Nahum Marmolejo Mandujano.
Fotografías de: Vladimir Silva.

















































































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Bibliografía
-Reyes García Cayetano. (1998). Tzacapu. Las piedras universales. Zamora: El Colegio de Michoacán
-Pérez Valdovinos Fernando . (1992). Tzacapu, leyendas, tradiciones y siluetas. . S/L: S/e.
-Romero Vargas José. (1966). Fray Jacobo Daciano. Zacapu. Ediciones Testimonio.