Un escrito de Raúl Cruz Sebastián.

Gracias a la historia y de quienes la construyen con fuerza y lágrimas y los historiadores para que la registren, toda cultura es una arena de combate constante, donde sale relucir la sabiduría heredada, la habilidad adquirida, la imaginación cultivada, el instinto de alerta en guardia, del guerrero o la Guerrera P'urhépecha, en este caso guerrera, mi tía abuela Naná Altanacia Cruz García, mejor conocida por su familia y la comunidad de cariño y admiración como Mamá Chica por ser la última de la legión familiar de los Cruz en la comunidad de Comachuén, Michoacán.

No tuve el gran gusto y el enorme privilegio de conocer a mis abuelos paternos porque cuando llegue yo, ya no los encontré, solo encontré de ellos un vasto legado de anécdotas de su profunda sabiduría y sus quijotescas hazañas por la lucha por la familia y por la comunidad.

La historia inicia con Tata Nicolás Cruz Tsore y su esposa, era la época de los treintas, sus padres era trabajadores se hicieron de tierras y algo de ganado por su propia sudor, y esto por si fuera poco fue así que contrataron a un maestro de Pátzcuaro para que le dieran clases particulares al joven Nicolás dentro de un enorme y místico troje que aún lo conservamos la familia, el maestro llegaba en tren y la familia lo iba encontrarlo en caballo y así aquel maestro le compartió sus primeras luces al joven Nicolás de Comachuén.

El matrimonio tuvo como hijos a Pedro Cruz y a Crescencio Cruz, a María Asunción Cruz, Casimira Cruz, a Altanacia Cruz la más chica, Tata Nicolás era un Tata K'eri era un hombre distinguido y respetado cumplió con todo los cargos de la comunidad con mucha integridad, era un gran político junto con algunos de su generación, así también fue objeto de muchas envidias, que lo llevo a sufrir un desfalco uno de su “amigos” de su círculo más cerrado lo traicionaron porque lo hizo firmar un documento y este saco el dinero que tenía en el Banco de la ciudad de Uruapan donde lo tenía guardado y se lo termino en pocas semanas en borracheras, así después llegaron las autoridades del banco con su gendarmes y embargaron a la familia Cruz en esta comunidad serrana, Mama chica nos compartía que su padre les confeso de lo que había sucedido con tristeza así se llevaron todo; tierras, ganado, caballos, hasta las gallinas, así aquella familia prominente se quedó en la ruina, sin embargo, nunca se rindieron empezaron desde abajo por eso Mama Chica nos platicaba que ella vendía carbón para subsistir con sus hermanas, los hijos e hijas sufrieron mucho más esta etapa fuerte de crisis.

Tata Nicolás Cruz, después de algunos años reunión a sus hijos e hijas y les anuncio que estaba ya algo cansado y les dijo con nuestro trabajo constante nos hemos levantado algo, solo les doy hijos un consejo “No quiero que ninguno de ustedes se metan en la política porque la política es muy cochina, por eso aquí les dejamos unos terrenitos para que siembren nunca se encariñen de las cosas del pueblo porque del pueblo es, no de ustedes”, y así dio el último aliento aquel hombre trabajador, honesto y carismático. Pero nadie puede desobedecer a la sangre fue así que Tata Crescencio Cruz hijo salió al quite, la situación familiar lo llevo a trabajar de peón en las macheras de Tata Domingo Sebastián otro hombre de gran prestigio social de la comunidad de Comachuén, así Crescencio trabajo y le hecho el ojo a la hija del patrón una bellísima mujer llamada Feliciana, mi abuela paterno, hermana del gran político de la comunidad y de un gran prestigio regional Tata Rutilio Sebastián, el primer Síndico Municipal de Nahuatzen.

Así la pidieron y Tata Domingo padre lo acepto porque aparte fueron grandes amigos con su padre Nicolás, así la trajo a la familia Cruz a la nueva flor y ella rápidamente se acoplo a la dinámica fuerte del trabajo, tan es así que se recuperaron y lo que es la ironía muy pronto a sus cuñados los trajo de trabajadores a la familia Sebastián, así tuvieron a sus hijos a Leopoldo Cruz, Margarito Cruz (Mi difunto padre), Nicolás Cruz, y una hermana que falleció.

Se acompañó bien con su cuñado Tata Rutilio recibían en sus domicilios al General Lázaro Cárdenas nos narraba Mama Chica, Tata Crescencio Cruz se conocieron muy bien con sus contemporáneos persona connotada de la Comunidad, por ejemplo uno de ellos a Tata Lucio Morales, un hombre distinguido y de letras, y que se había ganado el respeto de los personajes en cuestión, dice que Tata Lucio llegaba en la casa y sacaban el lienzo de la comunidad como si fuera un petate, para diseñar la estrategia de cómo recuperar las tierras de Comachuén mejor conocido como el Andarukurhani, que los de Nahuatzen nos habían despojado, este logro la historia de esta comunidad les hace honor a este personaje. En esta administración, se levantó el templo nuevo, la construcción del tiosko, entubaron el agua y lo bajaron al aljibe de la plaza, hay fotos en la familia sobre estas obras.

Así más después antes de fallecer le pidió a su hermano mayor Pedro Cruz y a Mama Chica que nos cuidara a todos y todas nosotros y así fue, Pedro y Mama Chicha lleno el vacío de nuestros abuelos, siempre nos cuidó, nos regañaban, nos aconsejaban y ahora aquella mujer legendaria, nos dio las bendiciones, una heroína p'urhépecha, que nos heredó la sabiduría, la historia de ella es similar la que nos encontramos en la historia de la culturas mesoamericanas del antiguo Imperio Azteca, Mama Chica es como las mujeres que nos encontramos así también en la Relación de Michoacán, ahora Mamá Chica ha fallecido y con ella se cierra una era, no tan solo en la familia sino toda la comunidad de Comachuén y así para la memoria del Pueblo P'urhépecha, y así como los grandes escritores tuvieron sus abuelas que les trasmitieron su sabiduría, su servidor humildemente puedo decir tuve el gran honor de tener una Mama Chica que ya quedo en la historia. Muchas Gracias.