Cada día las políticas globalizadoras van avanzando y expandiéndose en invadir nuevos espacios no respetando los linderos culturales que existen, la globalización como sistema económico avanza, es como una avalancha de hielo que viene destruyendo y sepultado a todo lo que va encontrando a su paso, esta globalización busca en homogenizar a las personas, independientemente si estas sean de alguna cultura indígenas en particular, a este nuevo sistema no le importa las “etnias”, las idiosincrasias a todos los busca convertirlos en iguales, en: ser consumidores de sus productos. Esta avalancha de la globalización ya llego en nuestras comunidades ahora están sufriendo una gran transformación, de allí que la sabiduría y lo moderno pelean como si fueran dos gladiadores en nuestros días, Tata Carlitos Figueroa un hombre sabio P'urhépecha de Paracho le pregunte ¿Por qué de esta crisis que se vive entre nosotros?

El entrevistado sin pensar mucho me responde que “es porque en nuestras comunidades nos buscan imponer un nuevo orden de cosas ajenas a nosotros y que antes no existían y estos es a consecuencias de los servicios que estamos pagando, por ejemplo, el descarado costo que estamos pagando de la luz eléctrica, en nuestras comunidades ya estamos pagando el agua, así como el internet, todos los jovencitos traen sus planes en sus celulares, el servicio de tele cable, los útiles y uniformes escolares son caros, y ya no se diga los productos que han aumentado su costo de los productos de la canasta básica, nuestras mujeres buscan andar a la moda P'urhépecha ya no quieren ir a un casamiento con el mismo traje que estreno recientemente sino quiere otro nuevo, por eso los maridos andamos todos enfermos de la presión, mientras sonríe discretamente, para mí esto es parte de la Globalización”.

No le damos la razón a Tata Carlitos porque la tiene, y esto explica un poco que en la sociedad de las ciudades por eso nada más le están trabajando a estos “servicios”, pero ellos son una sociedad remunerativa, es decir que tienen un salario y pueden “costear” y sobrellevar esta lógica social y económica de la globalización (claro no todos lamentablemente tienen este privilegio de un empleo formal) ¿Dónde sacan el dinero para estar “en la jugada” y estar resistiendo en nuestras comunidades? Por eso mirábamos antes de acabar con ellos a nuestros bosques y los hemos reventado con la tala inmoderada, así muchos de nosotros ya no sembramos maíz y diario estamos comprando tortillas.

Tata Pablito Gutiérrez de Sevina otro sabio P'urhépecha, nos comparte dice “y es que nos hemos dejado en deslumbrar disque de la modernidad”, ahora los mayores deambulamos solos por las calles, solos seguimos en las parcelas nuestros nietos están pegados en sus computadoras y en las mendigas maquinitas, y no es que estemos en contra de ellos, pero que sean bien utilizadas esos nuevos medios ya nadie nos preguntan cosas de la vida, ya nadie está interesado por la variedad todavía de las plantas medicinales que existen en el campo, ya nadie pone atención al movimiento astral, es decir, sobre el movimiento de las estrellas, hasta que cuando los jóvenes tienen sus propias familias, ahí es donde se le nubla todo, ya no saben cómo orientar y “dan palos de ciegos en sus vidas”.

Todos estamos inconformes pero nadie le ve el verdadero rostro al enemigo, esto es lo que están estudiando y analizando un grupo de intelectuales y filósofos mexicanos, pero el error es que llega nada más en sus círculos cerrados y no baja a la sociedad civil y a nuestras comunidades indígenas la información. Tata Burmaro, otro sabio de Comachuén, nos dice llegara el día en “que las “profesiones se saturen”, en nuestras comunidades, todos quieren ser profes, ¿Quiénes más cultivaran las tierras? Se pregunta, llego los tiempos de “recuperar la austeridad como sabiduría P'urhépecha”, porque la austeridad no está asociada a la pobreza, sino a la inteligencia, no caigamos más en la trampa de la modernidad, por eso ante la falta de empleos, en un acto de desesperación los jóvenes se enrolan en la delincuencia organizada, por eso en parte debemos agradecer y reconocer a nuestra gente que está en los Estados Unidos porque gracias a sus remesas nos apoyan acá y están moviéndonos en una buena parte a la gente.

Lo más grave prosigue, Tata Burmaro, es de que no hemos aprendido la lección, debemos reforestar y respetar más a nuestros bosques en no talar, cuidar a nuestros ojos de agua, recuperar nuestro estilo de alimentos tradicionales, ya no tanto los enlatados por eso nos estamos enfermando; tener y comprar lo necesario, planificar más a nuestra familias, es decir de acorde a la realidad y la posibilidad de poder ofrecerles algo decoroso, no seguir el anzuelo comercial de la Tele, recuperar el respeto y el oído atento a la sabiduría de los mayores, educar a nuestros niños con nuestras experiencias de vida propias, para que ellos no cometan el mismo error de nosotros, saber distinguir; la realidad de nuestras vidas y no en la fantasía que nos ofrecen los espectaculares de las ciudades, aprender y enseñar a las nuevas generaciones sobre los linderos de lo que es propio y lo ajeno de las cosas y en el pensamiento y no confundirlo y, si es que queremos seguir con vida otros años más, así finaliza nuestro último entrevistado, que se despide con una palmada de su servidor mientras a unos pasos desaparece en la puerta de su casa.