* La ceremonia de encendido del Fuego e inicio de Año P’urhepecha debe ser un ESPACIO CULTURAL NEUTRAL, para reflexionar sobre las raíces y legado de nuestros ancestros.
* Mi caminata es para exigir: ¡fuera de Kurhikuaeri K’uinchekua religiones, partidos políticos, y gobiernos turhisï!

TAREJERO, MUNICIPIO DE ZACAPU, MICHOACÁN.-
Este día, 30 de enero del 2015 inicia la Uanapikua (Caminata) con objeto de trasladar de esta comunidad, a la de Uricho, sede actual, a Kurhikua (el Fuego). Ahí, los p’urhepecha celebraremos la ceremonia Kurhikuaeri K’uinchekua, -renovación de Ch’piri Jimbaŋi (Fuego Nuevo), con lo cual iniciamos Juchari Uéxurhini (el Año Nuevo P’urhépecha); esta ceremonia rememora al antiguo Pueblo P’urhépecha, que realizaba un rito al Fuego, para pedir su ayuda para dirigir la guerra, ganar batallas y así, extender el territorio de Kurhikuaeri.

La comitiva encabezada por habitantes de Tarejero tiene la encomienda de recorrer caminos de herradura, reconocer el territorio de los p’urhepecha prehispánicos. Su salida esta programada a las 7:00 am, pero la caminata que en lo personal y paralelamente emprendo, es para llevar un mensaje a quien lo quiera recibir: ¡¡FUERA de Kurikuaeri K’uinchekua, religiones, partidos políticos y gobiernos turhisï de la celebración!!

Y es que hace 33 años los compañeros: Agustín García Alcaraz, Valente Soto Bravo, Isidro Huacuz, Juan Chávez Alonso e Ireneo Rojas Hernández, ya fallecidos; Pedro Márquez Joaquín, Néstor Dimas Huacuz, Cecilia Valdovinos, Rocío Prospero Maldonado y Juan Ignacio Cárdenas, compañeros en activo y otros, iniciaron la ceremonia de encendido de Ch’piri Jimbaŋi (Fuego Nuevo) tomando como referente ceremoniales descritos en la Relación de Michoacán, y completamente fuera de religiones, partidos políticos ni gobiernos turhisï, aspirando a hacer una ceremonia del pueblo P’urhepecha autónoma.

Son ya 33 años de este andar de la recuperación de nuestra memoria histórica como pueblo. Si bien es cierto, lo manifestado en su momento por T’erunchietiecha de Nahuatzen:

“Como a las ballenas que al tiempo que se trasladan y al tiempo que se desarrollan, se adhieren a su piel parásitos indeseables; algo similar sucede a cada persona, a cada familia, a cada comunidad, a cada cultura. Y si bien a esos grandes cetáceos les resulta imposible sacudirse los parásitos, no así a las personas, a las familias, a las comunidades, a las culturas. Hacerlo, si se quiere depurar la identidad, si se anhela una auténtica libertad, obliga. Cuestión de pundonor y dignidad. O como reza el p’urhépecha: cuestión de kaxumbekua. Porque a 500 años de haber sufrido el embate de la conquista (invasión religiosa, política, gobierno etc.) y tras 500 años de asedio continuo, el pueblo p’urhépecha tiene por bien experimentado y sabido que si bien hay elementos de indudable valor que con el tiempo se le han adherido, también se le ha pegado mucha basura…”.

En este sentido, es muy cierto que el pueblo p’urhepecha contemporáneo esta compuesto por una diversidad, es decir, hay p’urhepecha, profesionistas de diferentes ramas, políticos en diferentes partidos, como funcionarios y empleados serviles en diferentes instituciones oficiales, como líderes religiosos de distintas denominaciones, que hace que al interior del pueblo p’urhepecha existan diversidad de opiniones, ideologías y posturas, pero, primero se es p’urhepecha que cualquier otro oficio o puesto.

Es por ello que, esta ceremonia de Kurhikuaeri K’uinchekua debe SER UN ESPACIO CULTURAL NEUTRAL, para reflexionar sobre las raíces y legado de nuestros ancestros. Que cuando acudamos cada año a esta k’uinchekua (ceremonia) asistamos solo como p’urhepecha, y dejemos en casa, lo priista, lo panista, lo perredista; lo católico, lo testigo de jehová, lo pentecostal, lo evangélico; lo político, lo gobiernista, lo funcionario y todo lo demás que nos estorbe, para mirar, pensar y razonar nuestras raíces y valorar todo aquello que nos pueda servir para reconstruir nuestro pueblo, ya que desde la invasión, sigue pisoteada por la llamada civilización occidental.

Kurhikuaeri K’uinchekua tiene que ser un espacio neutral para razonar los usos y costumbres. Reflexionar en cuatro tiempos, primero ¿cómo era la vida en tiempos prehispánicos?, segundo, ¿cómo surgieron usos y costumbres en los tiempos coloniales?, tercero ¿qué son usos y costumbres en los actuales tiempos? Y finalmente, ¿cómo y qué legar del patrimonio a los hijos de nuestros hijos?

Los usos y costumbres como derecho consuetudinario, como sistema normativo interno, como acto cultural, como acción espiritual, como soporte económico han existido de tiempo atrás y en la actualidad cada comunidad los usa de acuerdo a su conveniencia para favorecer al capitalismo voraz, muy pocas veces para beneficio comunal.

Hace 30 años, usos y costumbres no eran reconocidos en las leyes mexicanas e internacionales, (Constitución Federal Mexicana, Constitución Estatal de Michoacán, convenio 169 de la OIT), hoy son materia de análisis y debate para su justa aplicación en nuestras comunidades, por ello es tan importantes tener este espacio neutral que permita debatir sobre de cómo están aplicando o no se cumple y/o no se debe aplicar en nuestras comunidades.

Para sustentar mi petición, de exigir a las instituciones religiosas, gubernamentales, políticas, etc., que respeten nuestros derechos como pueblos indígenas, recurro a los siguientes fragmentos del marco jurídico: Artículo 2° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que dice “son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.” “Esta Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía para: I. Decidir sus formas internas de convivencia y organización social, económica, política y cultural”.

Termino parafraseando la máxima de Benito Juárez, y lo digo con todo el respeto a los señores dirigentes y miembros de instituciones religiosas, políticas y gubernamentales “su derecho termina donde comienza nuestro derecho consuetudinario”.

“Juchari ka nomataru nemecheri,
mintsitarhu anapu jiuakuarhikuesti,
iámindu uingapikua jimbo,
miáparini: kaxumbekua, ánchekuarhikua,
jakajkukua ka, p’urhejkukua; jindesti:
¡Juchari Uinhapikua!, ¡Juchari Uinhapikua!, ¡Juchari Uinhapikua!”

Gracias.

P.D. En mi caminata portaré una bandera blanca, en señal de neutralidad y paz. Llegaré o llegaremos (se solicitan guerreros p’urhépecha para este acto) a Uricho detrás de la comitiva que lleva el fuego. Si alguien, hombre, mujer, niño o joven, comparte las ideas, aquí planteadas, puede acompañarnos a entrar con banderas o banderines blancas a la comunidad de Uricho, no interferiremos de ninguna manera el proceso de la celebración.

PEDRO VICTORIANO CRUZ.
Tamapu T’erunchi año de 1999. San Lorenzo Narheni Anapu.
Enero 30 del 2015.