Ihuatzio (del purépecha “Jiuátsï” Coyote y sufijo “O” En el lugar de. Por lo que se traduce como el “Lugar de Coyotes”).

Se trata de un asentamiento que data de la época prehispánica, con una ocupación de por lo menos el periodo Clásico (200-900 d.J.C.) y durante el periodo Postclásico (900-1524 d.J.C.) fungió como una de las tres capitales administrativas del señorío Purépecha.



Pocas investigaciones se han hecho en el sitio, de tal suerte que el área que está abierto al público, constituye solo una décima parte del total del asentamiento prehispánico.

Ihuatzio aparece mencionado en la “Relación de Michoacán” (principal fuente histórica sobre los antiguos purépechas) cuando el personaje principal Tariácuri, reparte el poder de su señorío a 2 de sus sobrinos y un hijo (conformación del Triunvirato Pátzcuaro-Ihuatzio-Tzintzuntzan), asignándole a su sobrino Hirepan (o Irepan) el correspondiente a Ihuatzio.

Sobre la zona arqueológica (el área visitable) , se aprecian los siguientes detalles. La Plaza de Armas, donde se encuentran dos basamentos piramidales y los muros-calzada conocidos como Uátsiri. De acuerdo con el arqueólogo Efraín Cárdenas, este espacio corresponde al centro ceremonial de los habitantes nahuas que ya habitaban en la cuenca del lago de Pátzcuaro antes de la llegada de los Purépecha y uno de sus argumentos que refuerzan su postura, es el hallazgo de esculturas con forma de Chacmool (culto señalado a los nahuas en Mesoamérica).

A lado sur de la Plaza de Armas, hay una Plaza del doble de tamaño, donde se encuentran 3 (iákateecha) yácatas de enorme tamaño (de las mismas características de las de Tzintzuntzan) y que según Efraín, constituye el centro ceremonial correspondiente al de los purépechas, quienes son los que hacían los edificios con la forma redonda y rectangular combinadas.

Esto entonces significaría lo que nos enseña la “Relación de Michoacán”: el crecimiento del señorío no solo fue a través de conquistas, sino también a través de la generación de mutuos acuerdos (alianzas matrimoniales o políticas, etc.) logrando la coexistencia de diferentes etnias en una sola entidad política.

De acuerdo con la Arqlga. Hellen Pollard, el papel de Ihuatzio recayó mas en la cuestión religiosa, ya que se trata de un asentamiento de enormes proporciones y no hay una identificación clara de donde habitaba la gente. Es como si este lugar hubiera sido destinado a ser un lugar de culto de manera primordial.

El resto del antiguo Ihuatzio, se encuentra en propiedades particulares; esta ha sido una situación que ha impedido conocer mas sobre la historia del centro ceremonial, ya que he sabido sobre problemas de disputas de los terrenos entre los particulares. Implicaría mucho esfuerzo del INAH para soltar presupuesto y hacer tratos justos con los propietarios para poder avanzar en la investigación.


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Un escrito de Arqueólogo Sergio Manterola Rico.