AUSENCIAS MISTERIOSAS
A Alejandro Cortés Laguna.

No nos dimos cuenta cuando ya no estaban entre nosotros,
De momento anduvimos solos, algo en nosotros cambio y desde
Aquel hecho ya no somos completos, una buena parte de nosotros
se fueron con ustedes también.
Muchas preguntas nos taladran la mente
Por las noches ¿Dónde estarán? ¿Cuándo volverán?, seguimos esperándolos, por
que éste no es un fin digno.
Ni las leyes de la lógica pueden justificar las formas y las circunstancias
de sus ausencias; los padres, hermanos, sus esposas, sus hijos, los amigos,
Los seguimos esperando. (1)

Tatá Raúl Cruz Sebastián.

En cada una de las culturas existentes en el mundo tienen sus diferentes formas de desarrollarse en ámbitos del arte, pero resulta aun más sorprendente la forma que viven la tragedia y canalizan el dolor de los golpes fuertes y fulminantes de la vida. La Cultura Purépecha no deja de asombrarnos la forma que se levanta en el plano individual y colectivo, de sus propias tragedias en la vida; enfermedades terminales, muerte natural, accidentes, incluso, asesinatos y ahora las desapariciones, nuevo modus operandi de la delincuencia organizada que ha alterado nuestras vidas cotidianas, todo esto nos lleva decir, que somos un pueblo que coexistimos en la tragedia.

Todo planeamos quizás menos la muerte, nos han educado que en la vida hay un orden, que se dará por el buen comportamiento, y no otra cosa sucederá fuera de ella lo cual es totalmente falso. Pero como diría Kierkegaard filósofo español, que pasa con el ser contingente, con lo no previsible que se da fuera de la lógica humana, que es la muerte. Cuando mi padre murió y después que los médicos me dijeron que estaba muy enfermo y pronosticó que iba durar muy poco tiempo, tuve que hacerme fuerte o al menos aparentar, mientras mi padre risueño me esperaba en la sala, salimos de aquel hospital abrazados y me pregunto que había dicho el médico y le respondí que iba mejorando que solo había que estar tomando los medicamentos, después entre risas nos fuimos a comer a lo que yo le llamo “la última comida con mi padre” y ahora cuando puedo asisto a ese lugar en recuerdo. Aquí les comparto tres realidades trágicas que nos han marcado y que difícilmente lo olvidaremos:

Sucy, era un compañero y paisano que nos acompaño en el proceso de organización para buscar el cargo de Representación de Bienes Comunales, él siempre estuvo junto con otros, organizando y aconsejándonos, después un pariente de él, lo invito a que le ayudara ir al cerro por unos trozos de madera para hacer muebles, después de cargar, en una bajada aquella camioneta perdió los frenos él venía encima de la madera, Sucy callo delante de aquel vehículo pesado, duro unos cuatro días y dejo de existir dejando a sus hijos huérfanos.

Magdalena, era una mujer llena de vida que acompañaba cuidando a sus hijos, a su esposo, participaba con la familia activamente, todo iba bien en la familia, hasta que un día se sintió un poco mal y fue que su esposo la hospitalizo y lo terrible apenas comenzaba le detectaron los médicos, “Cáncer”, después de un año de tratamientos y de fuentes gastos sus padres vino a visitarla personas mayores, hablaron sus padres y se regresaron y al día siguiente su madre fallece por la impresión y la preocupación. Después llego lo inevitable saque a Magdalena con mis propios brazos fallecida en la madrugada en aquel obscuro y frío hospital Civil de Morelia ya que su esposo mi primo hermano se había desplomado de tal acontecimiento.

Alejandro Cortés Laguna de Santa Fe la laguna, fue un compañero siempre nos llevamos bien, era abogado de profesión, siempre de buen humor y una ocasión viajamos juntos en la Meseta en nuestro coche y me dijo, “hermanito, un día cuando ya no nos veamos quiero que escuches esta pirekua”, mientras él le movía el botón del volumen del estéreo, le dije que no anduviera diciendo eso, en lo que yo buscaba en no distraerme en el volante. A los cuatro días asistió a una diligencia en la ciudad de Uruapan, un 6 de agosto del 2008 y de allá ya no regreso ahora después de haberse cumplido 5 años de su desaparición sus familiares y amigos lo recordamos y los seguimos esperando. Él desaparece junto a otro Purépecha, Juan Hernández Bautista, de la misma comunidad de Santa Fe, ambos abogados de profesión y haciendo la misma labor profesional y en el mismo día en la ciudad de Uruapan. Desde este 5o aniversario, ambos compañeros hasta la fecha siguen desaparecidos, dejándonos a los amigos y a sus familiares en un dolor, preocupación e impotencia eternos.

Ante estas adversidades empiezas a filosofar, hacerte preguntas profundas, ¿Por qué se fue mi padre y si sabía el vació que iba dejar en los corazones de sus hijos? ¿Qué manos mueven los hilos del ser contingente, o los de la desgracia? ¿La muerte con quien se sienta para deliberar a quien quitarles la vida?, todo esto más que certezas mentales, están más asociadas a la divagación y a la especulación. Con todo este mundo de cosas vive el P'urhépecha, coexistimos en la tragedia y otros son más lamentables, es aquí donde uno empieza a profundizar sus lecturas y las reflexiones filosóficas para tratar de “entender” pero sobre todo mitigar el dolor, los días de duelo, que solo no lo podemos resistir, sino con el apoyo de tus seres queridos, así como libros y con personas que han vivido esto, antes por lo que tu estas pasando.

Esto fue lo que le paso a su servidor, no encontraba explicaciones y todavía esas dudas persisten, y ahora gracias a la vasta experiencia de nuestras comunidades y así como a las personas y grandes amigos, nos han ayudado y acompañado en nuestros más sublimes momentos de dolor por esa terapia colectiva, nos han enseñado en sobrellevar el dolor de la ausencia, nosotros aquí seguimos. Estos acontecimientos en la vida es lo que nos llevo a leer varios novelas y autores, cuando leo créenme que esto no es nada por lo que han pasado la humanidad en la historia, así como otras sociedades por ejemplo en el campo de concentración de la Alemania Nazi, solo hay que acercarse un poco a dos libros que les recomendamos, uno es: El hombre en busca de su sentido, de Viktor Frankl, y otro es Desde el Fondo de la Noche del poeta mexicano Javier Sicilia. Me llamo mucho la atención del primero en el contexto del horror que vivieron los personajes de la novela la siguiente frase: “Los mejores de entre nosotros no regresaron a casa”.


En la foto, Raúl abraza a Alex (Alejandro) quien viste una chamarra de mezclilla de color azul.
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Tatá Raúl Cruz Sebastián.
(1).- Poema, Libro Tsirangerama Tsitsiki, Autor. Raúl Cruz Sebastián, 2013, Pg. 23, Edit, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.