A LA UNESCO
AL GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACÁN
AL PUEBLO P’URHÉPECHA
A NUESTOS HERMANOS INDÍGENAS
AL PÚBLICO EN GENERAL

Ante la declaración de la pirékua (canto), en fechas anteriores, cómo patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), exponemos lo siguiente:

Nuestro origen se remonta a la época prehispánica a través de los mitos fundacionales. En medio de las ceremonias se hacia presente la kúskakua (música), ejecutado por los kústati a través de instrumentos de percusión, viento y rasgueo. Así mismo, la Pirékua (canto), realizado por los piréri (cantores) formó (y forma) parte de los ritos y ceremonias de nuestros antepasados. En la época colonial la kúskakua-pirékua, en nuestras comunidades indígenas, se desarrolló en tres vertientes principales a raíz de nuevos instrumentos importados de Europa.

a) Instrumentos de viento con teclado, en dónde los p’urhé se ejercitaron en los cantos sacros en latín y de alabanzas en español. Más tarde en los cantos de adoración al niño dios y a los santos.

b) Instrumentos de cuerda, propiamente la guitarra, llamado por los p’urhé septimu, donde la habilidad de los antiguos piréri lo apropian bajo el compás de seis octavos, dividido en dos partes y en algunos en tres. El ritmo y tiempo del rasgueo de la Pirékua fue enriquecida por el kústati al requintear dentro de la melodía.

c) Instrumentos de viento, que a su vez, se clasifican en instrumentos de metal; instrumentos de boquilla circular y instrumentos de caña. De éstos instrumentos, el kústati transporta la uarhakua; uanoptsíkua, kanhákua kúskakua a los hoy llamados géneros musicales; sonecitos y abajeños. Sin embargo, en ningún momento la kúskakua-pirékua se separa para constituirse en otro tipo de género, sino que, desde tiempos inmemorables ha caminado de la mano hasta nuestros días.

Santa María Comachuén, unas de las tantas comunidades indígenas que ha legado kúskakua-pirékua a lo largo y ancho de nuestro hemisferio a través de los compositores: Amado González; Aurelio Santiago; Gregorio Ramos; Rogelio Sebastián, Ismael Bautista; Gil Avilés; Vicente González; Domingo Ramos y Leodegario Sebastián, entre otros, los tríos: Los chapas, Xanhareros y Iuris y la Banda de viento La Asunción. Señalan que es un logro significativo el reconocimiento de la pirékua, Sin embargo, carece de integración colectiva a la música tradicional de nuestra cultura P’urhépecha.

Por lo tanto, los kústati-pireri hacemos un llamado a la UNESCO, cómo a las autoridades estatales de Michoacán en lo siguiente:

PRIMERO. Que se replantee la declaración de la pirékua no cómo único elemento cultural inmaterial de la humanidad.

SEGUNDO. Que se estipule el reconocimiento de manera integral e incluyente la kúskakua p’urhé (música p’urhépecha), que lo constituyen bandas de viento, orquestas, tríos, duetos, cuartetos y grupos, originarios de las comunidades indígenas de las cuatro regiones p’urhé.

TERCERO. Que los piréri, los kústati, hombres de carne y hueso, sean reconocidos cómo los guardianes de la kúskakua, cómo también merecedores inmediatos de los apoyos derivados de ésta declaratoria.

CUARTO. Que se establezca un comité de kústati únsticha-pireri-kústati (compositores, músicos), del pueblo p’urhépecha, para que sean los responsables de administrar y velar los apoyos económicos y materiales a cada uno de los agrupamientos musicales de manera equitativa.

QUINTO. Que la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de Michoacán, detenga la política de folclorización de la cultura p’urhé a expensas de intereses económicos de grupos minoritarios ajenos a los pueblos indígenas.

ATENTAMENTE:

Santa María Comachuén.

Comunidad indígena de la Meseta P’urhépecha del Estado de Michoacán, México. A 25 de noviembre de 2010.

Kúskakua únsticha ka kústaticha ka piréricha