Falta mucha investigación seria y responsable sobre música tradicional.

Las comunidades están motivadas a recuperar la pirekua tras conocer la propuesta de incluirla como patrimonio intangible.

La propuesta de incluir a la pirekua en la lista del patrimonio cultural intangible de la humanidad ha tenido como efecto inmediato el deseo de recuperar la memoria y comenzar a reconocer a algunos músicos tradicionales y compositores purépechas. Reconocimiento que comienza a generarse en el seno mismo de las comunidades, ya que como aseguró el originario de Zacán, José Santos Campos Méndez: “muchas veces los investigadores están investigando atrás del escritorio. ¿Por qué no hacen investigación de campo? Nunca nos han venido a ver. Hace falta mucha investigación seria y responsable”.

José Santos, además de su labor como maestro, ha hecho un trabajo muy personal de recuperación y registro de las pirekuas, y este trabajo de investigación lo ha llevado a descubrir sus orígenes ligados estrechamente con la tradición de la música purépecha.

“Mi abuelo fue el que dirigió la Banda de Zacán, que obtuvo el primer lugar en bandas de Michoacán. Yo me llamo igual que él. En una ocasión estaba tocando en la Plaza de los Mártires la banda del estado y mi abuelo con su banda se fueron a arrinconar, pero cuando tuvieron su primera participación bajaron a los de la Banda del Estado”, son algunas de las memorias que el señor Campos Méndez guarda de los mejores momentos de la banda de su abuelo.

“A mi abuelo le he clasificado 450 composiciones, no todas pegan, pero había fox trot, marchas, danzones, valses y ya en lo purépecha música de viejitos, pastoras, negritos, moros, sonecitos abajeños y toritos; en fin, es mucha su producción”, comparte entusiasmado don José Santos sobre la herencia que dejó al pueblo su abuelo, además de la banda que ha sido dirigida por alterne generacional; es decir, primero cedió la batuta a su hijo y éste a su nieto. Así se van expandiendo las raíces de la tradición.


Aunque todos los pueblos purépechas se hermanan con el canto de la pirekua, cada región trata de establecer sus singularidades en composiciones e interpretación, al mismo tiempo que van construyendo los mitos sobre el origen de las canciones hasta que llega un momento en el que se desprenden del autor para volverse de dominio público.

Zacán, dicen los que saben, es la tierra en la que se escribió La Josefinita y otras tantas canciones clásicas en el repertorio de la pirekua. Zacán reclama también el origen de la afamada Cara de Pingo, sobre la cual comenta José Santos: “ni siquiera se llama así. ¿Qué quiere decir pingo en purépecha? ¡Nada! Esa canción se compuso aquí en Zacán y se llama El calentador porque como aquí hace mucho frío se hacían lumbradas antes, de repente el aire venía para acá y te tenías que estar moviendo de un lado para otro, por eso dice: ¡bríncale! Porque había un joven que andaba brincando de un lado para otro para evitar el humo. Todavía vive mi tío que estaba sentado ahí en la lumbrada cuando se escribió la melodía por un tal Silvino Chávez. Zacán tiene una cosa sentimental que es distinta, todos los compositores están identificados por una expresión musical muy sentida”.
La pirekua lleva a la expresión de la poesía muchas de las vivencias cotidianas de los pueblos purépechas, esas mismas vivencias que don José Santos quiere expresar en un ambicioso libro sobre el cual compartió: “trato de escribir un libro sobre costumbres y tradiciones de mi pueblo, y ahí quiero mencionar a los compositores de aquí: qué escribió cada uno y meter las melodías que cada uno compuso, pero también quiero hablar de los matrimonios purépechas, cómo se conmemora la Semana Santa, las cosechas, el fenómeno de los norteños, los estudiantes, hechiceros y formas de hablar de la gente…”.

Fuente: La Jornada Michoacán

Domingo 14 de junio de 2009 → Sección Cultura →

José Santos Campos - CARLOS F. MARQUEZ